Chema Mansilla
Editor - Cine y TVNo es ningún secreto que en estos tiempos el cine se ha convertido en una fábrica de remakes. Salen como churros. Donde antes se apostaba por historias nuevas, ahora Hollywood se alimenta cada vez más de la nostalgia: remakes, reboots, secuelas, precuelas y adaptaciones live-action que revisitan títulos relativamente recientes. En este contexto, nos llega Cómo Entrenar a tu Dragón, la versión de acción real del ya clásico moderno de DreamWorks estrenado hace apenas 15 años. Y, seamos sinceros, ¿era necesaria?
Porque si algo tenía la película original de 2010 es que era, y sigue siendo, prácticamente perfecta. Visualmente innovadora, emocionalmente poderosa y narrativamente compacta. No ha envejecido ni un poquito, sigue brillando con esa mezcla de ternura, aventura y madurez que tantas películas familiares desearían alcanzar. Entonces, ¿por qué rehacerla? Pues aquí estoy, dispuesto a justificar su existencia. Y todo por una razón tan poderosa como simple: Desdentado.
El sueño de volar con tu mascota mitológica
Desdentado representa la realización de toda una serie de fantasías infantiles que habría que ser un chaval muy triste para no compartir: volar por ahí con un amigable y gigantesco gato perro que vuela y escupe fuego. El final de La Historia Interminable de Wolfgang Petersen iba un poco de eso. Desdentado representaba esa ilusión infantil que mezcla descubrimiento, travesura y diversión. Un sueño hecho carne digital y puro carisma. A medio camino entre un compinche y una mascota, con ojos expresivos, poderosas alas y mucha personalidad, Destentado se ha convertido en un icono del cine infantil para toda una generación, sumándose a una lista en la que figuran personajes tan indspensables para varias generaciones de fans como Buzz Lightyear y Woody.
Con su versión live-action, aunque pierde algo de ese diseño "cute" de la animación, gana en presencia. Especialmente en los primeros compases de la película, Desdentado es una criatura magnífica y más imponente, casi aterradora en algunos momentos, pero mantiene esa ternura traviesa que lo convirtió en un icono. La nueva adaptación de los libros de Cómo Entrenar a tu Dragón recoge esa herencia emocional de la versión animada y la lleva un paso más allá: Si no te dan ganas de salir corriendo a domesticar un dragón tras ver la película, tal vez hayas perdido el niño que llevas dentro.
Un espectáculo visual que se disfruta con la boca abierta
Cómo entrenar a tu dragón cuenta la historia de Hipo, un joven vikingo que, lejos de encajar con los ideales guerreros de su aldea, entabla una inesperada amistad con un dragón, enemigos legendarios de su pueblo, al que llama Desdentado. Esta relación cambiará no solo su destino, sino también el de su pueblo, al demostrar que la empatía puede superar siglos de miedo y conflicto. Parte del éxito de la película, tanto en su versión animada como en la nueva de acción real, reside en su capacidad para abordar con sensibilidad y emoción una variedad de temas universales: la amistad, el antibelicismo, el temor a decepcionar las expectativas paternas y la búsqueda de una identidad propia. Todo ello encaja perfectamente en una historia de aventuras que apela tanto a niños como a adultos.
Técnicamente, la película es deslumbrante. Se nota que su director, Dean DeBlois, le ha puesto un cariño inmenso a su trabajo. Desde la arquitectura destartalada y carismática de la Isla de Mema, hasta los detallados ropajes vikingos, llenos de texturas, pieles, huesos y… cascos. Cascos por todas partes. De cuernos curvados, en espiral, cruzados, rotos, brillantes o chamuscados. El equipo de diseño de producción ha hecho un trabajo soberbio dando vida al mundo vikingo que antes solo conocíamos en forma animada.
Se nota que su director, Dean DeBlois, le ha puesto un cariño inmenso a su trabajo
Y luego están los dragones. No hay otra forma de decirlo: son una pasada. Desde los más conocidos hasta los más extraños, todos están modelados con un nivel de realismo asombroso, pero sin perder esa chispa de caricatura que los hacía entrañables. Las secuencias de vuelo, además, están coreografiadas con un sentido del espectáculo que roza lo poético. Uno siente el viento, la altura, el vértigo.
La ausencia de carisma en los secundarios
No todo podía ser perfecto. Si hay un punto donde el remake flaquea, es en el desarrollo de los personajes secundarios. Astrid (Nico Parker), que en la película animada era una fuerza de la naturaleza, aquí queda reducida a un personaje más plano, sin apenas evolución ni ese carisma aguerrido que la definía. Simplemente sirve para decir su frase y dar apoyo emocional a Hipo. Brutacio y Brutilda (Harry Trevaldwyn y Bronwyn James), los gemelos más insoportables y divertidos de la versión animada, pierden buena parte de su chispa. Y Mocoso (Gabriel Howell), el aspirante a héroe más ridículo y entrañable de la saga, apenas tiene espacio para brillar, y Patapez (Julian Dennison) se ve reducido a un insulso alivio cómico puntual. Una auténtica pena porque la pandilla original era muy simpática.
Si hay un punto donde el remake flaquea, es en el desarrollo de los personajes secundarios
Esta pérdida de personalidad en los secundarios deja demasiado peso sobre los hombros de los protagonistas. Y si bien Desdentado aguanta el tipo con majestuosidad, el peso dramático recae sobre Hipo, interpretado por Mason Thames, que aquí entrega una actuación tremenda. El joven actor se gana el cariño con una interpretación muy carismática. No intenta imitar a su predecesor en la animación, sino que construye su propio Hipo, aunque de alguna manera logra que podamos ver en él a la versión original. Todo un acierto de casting. Su química con Desdentado es el corazón de la película. Hay una complicidad tremenda con su contrapartida virtual que mantiene viva la llama que encendió la historia original.
Una historia conocida, pero que aún merece ser contada
Pese a todos sus logros técnicos y emocionales, es inevitable sentir que este remake no aporta demasiado a nivel narrativo. La historia es prácticamente un calco de la original. Los mismos giros, los mismos momentos clave, el mismo arco de crecimiento para Hipo. La sorpresa ya no está. Y aunque todo está contado con buen ritmo, el espectador que conozca el filme de 2010 no encontrará nada que lo sacuda de verdad.
Esto hace que, en cierto modo, la película funcione mejor como puerta de entrada para nuevas generaciones que como revisión para los fans veteranos. Es una oportunidad perfecta para que niños que no crecieron con la animación descubran este mundo por primera vez. Y, con suerte, se enamoren de él como ya hicimos con la versión de 2010.
¿Es realmente necesaria? Quizá no. ¿Recomendada? Sin duda
En resumen, Cómo Entrenar a tu Dragón 2025 es una película que no necesitábamos, pero que tampoco estorba. Yo me la tomo más como una carta de amor que como un producto calculado. Está hecha con mimo, con dedicación y, sobre todo, con una comprensión honesta de lo que hizo especial a la original. Pero ha pasado muy poco tiempo como para que me resulte necesario. Funciona muy bien, aunque iguale el impacto emocional del filme de animación, sigue siendo una aventura extraordinaria que merece disfrutarse en pantalla grande.
Así que sí, puede que el remake sea innecesario. Pero si sirve para que una nueva generación descubra esta franquicia, entonces, bienvenido sea. Hay algo mágico en ver cómo se enciende una chispa en los ojos de alguien al conocer a Desdentado por primera vez. Algo que vale la pena repetir. Por si aún te quedan dudas, te garantizo que volver a sumergirte en este universo junto a Hipo y Desdentado es como reencontrarte con un viejo amigo que sigue manteniendo viva la llama de la aventura. ¿Quién podría resistirse a despedirse de la rutina por un par de horas y dejar volar la imaginación en una epopeya tan vibrante y llena de magia? Cómo Entrenar a tu Dragón 2025 se estrena en cines este 12 de junio.
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